2. DIBUJOS EN TECNICOLOR
¿A qué te refieres con esa denominación de “dibujos en tecnicolor”? Cuando terminé mis estudios de Magisterio me vine a vivir a Madrid para estudiar música. Yo ya disponía de una buena colección de dibujos porque ya llevaba años dibujando “mis cosas”. En una ocasión un paisano (Manolo Recober) vino a verme. Él era un verdadero artista que fabricaba artesanalmente caretas con pasta de papel. Un día me dijo: Vente conmigo a Malasaña a vender. ¿Y qué vendo yo? Le dije. Pues esos dibujitos seguro que los vendes bien… Es caso es que me convenció y decidí adecentarlos. Para ello, me fui a una copistería, que no había tantas en aquellos tiempos –fíjate que tuve que ir casi hasta Rubén Darío desde Lavapiés- y fotocopié mis dibujos en hojas de diferentes colores, organizándolos en carpetas a las que llamé: “JULIÁN, 10 DIBUJOS EN TECNICOLOR”. Cada carpeta tenía sus dibujos que además se iban transformando, alargando, salían pequeñas adiciones… Es decir, que estaban muy trabajados, ¡Ja,ja,ja! Así empezaron mis ventas en el Barrio de Malasaña. Lo de Tecnicolor era una chorrada, hacía alusión a una técnica fotográfica debido al colorido de mis dibujos impresos en colores diferentes. Vendía esas fotocopias por la voluntad (10 duros, cinco duros…)
¿Qué temáticas tenían esos dibujos? Bastante diversas, aunque siempre estaban presentes el tiempo, la religión, la muerte, el suicidio, el baile… yo creo que porque se trataba de temáticas que permitían hacer dibujos impactantes y también porque eran como una provocación.
¿El baile? ¿Por qué ese tema tan diferente de los demás? El baile, o mejor, la danza, vino a raíz de conocer a Patricia. Decidí intentarlo yo también y me apunté con Arnold en su academia. Poco a poco el baile due tomando protagonismo y me fui olvidadando de aquellas otras temáticas anteriores.
“Esta serie del baile es espectacular” ¿Te lo parece? Fueron dibujos repetidos una y otra vez hasta que los fui depurando. Todos esos los vendía.
¿Cuándo intuiste que tenías que guardar todo lo que dibujabas? Yo siempre lo he guardado todo
¿Y eso de quién lo aprendiste? De papá, jajajaj. ¿Ves? Este apunte, por ejemplo, no tiene interés alguno porque se trata de ideas apenas esbozadas que dibujaba constantemente. Mientras estaba hablando por teléfono, por ejemplo. Me faltaba técnica y yo la conseguía poco a poco dibujando una y otra vez… Y siempre lo guardaba todo.
Este es alucinante Julián (firmado Julián 85). Me recuerda a Las Meninas de Velázquez. Eres un artistazo. Si acaso soy un poco creativo. Les pedía 30.000 pesetas y se quedaba en 100 pts. Alguna gente me decía: ¿Tú eres gilipollas o qué? Y otros me daban unas monedas y algo de conversación. Yo los iba dejando en las mesas y al rato volvía. En realidad, ya era uno de los vendedores habituales del barrio.
¿Cuándo surge la colección de los Enanitos fabricados en pasta de papel? Ya por entonces empecé a fabricarlos. Primero los imaginé dibujándolos y después me lancé a crearlos con un imperdible para fijarlos en la ropa. En una ocasión vino a Madrid mi primo Juanma, y ahora fui yo el que lo invitó para que viniese a Malasaña a vender. ¿Y yo que vendo? Me dijo. Pues tú vendes mis dibujos y yo venderé enanitos. Mi instrumento musical seguía siendo por entonces la guitarra, pero dibujar me emocionaba mucho más. Aunque tocar la guitarra también me gustaba, pero esto de dibujar cosas efímeras era especial para mí.